NOTA 3: LA DESCENTRALIZACIÓN COMO ESTADIO AVANZADO DE LA ORGANIZACIÓN


Fernando A. García, Buenos Aires, mayo de 2012.

Introducción


Nuestro proceso conjunto ha entrado en una etapa inédita de su desarrollo. Esto no sólo se debe a la desaparición física de su fundador, sino al haber llegado a un nivel de desarrollo tal que nos permite dar un salto cualitativo inusitado, y liberarnos aun más de las condiciones de origen.
La descentralización es una de las características organizativas marcadas del nuevo momento de proceso en que nos encontramos. Este breve “ayuda–memoria” intenta recopilar nociones y opiniones acerca de la descentralización. Aquí se argumenta que la descentralización es un aspecto importante de nuestro proceso desde sus mismos orígenes, señalando algunos antecedentes organizativos, ideológicos y doctrinarios. Es decir, la descentralización es un aspecto integral de la obra de Silo. También se apuntan las ventajas y los desafíos de la descentralización actual. Por último, se destaca el salto cualitativo que implica esta descentralización con respecto a momentos anteriores, y se la asocia con la mejor adaptación creciente al futuro de nuestro proceso y el de la humanidad.

La situación actual de descentralización


Ya desde sus primeros pasos, las comunidades del Mensaje de Silo funcionan en forma descentralizada y autónoma.
El 31 de agosto del 2009, desde el Centro de Estudios del Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas, Silo puso en marcha la reestructuración del Movimiento Humanista y sus organismos, también en términos de una mayor descentralización y autonomía.
Por último, desde la reunión en el Parque de Estudio y Reflexión Los Manantiales (Chile), el 28 de mayo del 2010, la Escuela y los Parques de Estudio y Reflexión entraron en un proceso de descentralización y autonomía.
De manera que los tres ámbitos de expresión de la obra Siloista tienen en común, entre otros aspectos, un funcionamiento descentralizado y autónomo.
La obra Siloista se desarrolla descentralizadamente ya que dichos tres ámbitos no tienen una superestructura centralizadora como conjunto, sino que cada uno de ellos se desarrolla autónomamente sin depender de los otros.
En el Mensaje de Silo, las comunidades, las salitas y sus comisiones no tienen dependencias organizativas (ni entre sí ni con individuos u organizaciones algunas), surgiendo y desarrollándose autónomamente. Generalmente, dichas comunidades se refieren a los Parques de Estudio y Reflexión más cercanos, como ámbitos de intercambio y cohesión de su diversidad.
En el Movimiento Humanista, los distintos organismos no guardan ninguna relación de dependencia entre sí, manteniéndose una organización descentralizada y autónoma del conjunto. Esto es más evidente aun en el caso de individuos, grupos y aparatos que, sin participar de las actividades de ningún organismo, se consideran parte del Movimiento Humanista.
Ya en cada organismo, individualmente considerado, también prevalece la descentralización a favor de la autonomía de los equipos de base que los conforman, que coordinan sus actividades mediante funciones (nacionales y mundiales) surgidas de elecciones periódicas. La rotación de individuos en funciones electivas dificulta el monopolio organizativo y habilita una mayor participación y movilidad.
La Escuela ha quedado descentralizada y en relación con los Parques de Estudio y Reflexión a los que se aplican los Maestros en sus respectivos Centros de Estudio. Los mismos Maestros y sus Centros de Estudio no tienen ningún mecanismo centralizador de decisiones y actividades conjuntas que, si las hubiera, serían el resultado de deliberaciones conjuntas.
Estos mismos Parques funcionan descentralizadamente, con plena autonomía. Las funciones legales (fundación) y del funcionamiento del Parque (comisión) están descentralizadas entre sí, y funcionan autónomamente. Esa misma descentralización se expresa en el uso del Parque por los tres ámbitos en paridad de condiciones: los organismos del Movimiento Humanista, las comunidades de El Mensaje de Silo, y el conjunto de maestros de Escuela aplicados al Parque.
En todos los casos, advertimos que se favorece la toma de decisiones en la base humana autónoma agrupada localmente en equipos, comunidades, comisiones, centros de estudio, etc. No se plantea ninguna superestructura organizativa que concentre, dirija o supervise las decisiones y actividades conjuntas.

Antecedentes de la situación actual


La situación actual de descentralización, que podría parecer algo intempestivo y ocurrido al improviso, en realidad tiene muchos antecedentes en nuestro proceso conjunto. Esos antecedentes trazan una línea ininterrumpida en la que la descentralización siempre ha estado presente como un factor de importancia, tanto en el pensamiento de Silo como en la implementación de actividades y formas organizativas.
Oportunamente Silo esclareció suficientemente sobre la conveniencia y oportunidad de la descentralización y la autonomía, guiando el proceso en esa dirección.
A lo largo del surgimiento y desarrollo del Movimiento Humanista, la descentralización se ha planteado también como "desencolumnamiento" o "abanicado" o "aperturas".
Tal como se manifiesta el crecimiento de la vida en lo natural, con su multiplicidad prolífica y exuberante, el Movimiento Humanista tendió siempre a crecer en número y diversidad de consejos, de organismos, de frentes de acción, de sectores sociales, de generaciones, de género, de culturas, de procedencias de todo tipo, etc.
Si bien nunca se negaron las condiciones de origen, siempre se manifestó la clara intención de superarlas en pos de un Movimiento mundializado.
Podemos ver el esfuerzo de descentralización en diversos aspectos de nuestra organización y su proceso a lo largo de su etapa formativa (hasta 1998).
En el aspecto numérico de lo organizativo: que el peso numérico y su orientación estuvieran distribuidos lo más posible en distintos individuos, instancias, grupos, líneas, consejos, etc. El "encolumnamiento" numérico (y no sólo), en la que una parte del conjunto se desproporciona con respecto al resto, es considerado una "malformación" a corregir.
En el aspecto táctico de lo organizativo: desde antiguo se atribuyó importancia a la autonomía de implementación local de los aspectos tácticos dentro de un amplio lineamiento estratégico general. Así, se favoreció la iniciativa para la consecución de los objetivos planteados, según las condiciones específicas en las que se actuaba en cada lugar, según los recursos y medios más convenientes a disposición de los que allí actuaban.
En el aspecto geográfico: ya desde el origen mismo se tiende a la apertura de nuevos puntos geográficos de actividad por medio de "dispersiones" o "misiones". Esta apertura procedió de manera espontánea o dirigida, por medio de acciones conjuntas o individuales, pero siempre con un tropismo universalista y multifocal. No se optó por reforzar un punto de actividad en particular, sino por crear un conjunto de puntos lo más diversificado posible. Esto se planteó para distintos niveles administrativos dentro de cada ciudad (barrios) y país (ciudades, provincias, municipios, etc.), para los países dentro de una región, y para distintas regiones a nivel mundial.
En el aspecto cultural: de manera explícita e intencional se apuntó a incorporar las distintas culturas a nuestro proceso, de manera que pudiéramos contar con la riqueza de sus aportes y constituirnos como verdadero movimiento mundializado. Asimismo, se afirmó que el humanismo no es patrimonio exclusivo de ninguna cultura y se señalaron los “momentos humanistas” en todas las culturas a lo largo de la historia.
En el aspecto psicológico: El “desencolumnamiento” mental promovió la libertad con respecto al propio “paisaje de formación”, a la forma mental de la propia área cultural, a los mitos y valores epocales, a las diversas formas de religiosidad, etc.
En el aspecto social: se hicieron esfuerzos para llegar a todos los sectores sociales sin discriminación alguna de tipo económico, ocupacional, residencial, educacional, etc.
En el aspecto económico: desde antiguo nuestros recursos materiales se basaron en el aporte de los participantes, sin dependencias de fuentes externas que pudieran condicionar nuestro mensaje. Asimismo, dichos recursos no se concentraron, sino que se descentralizaron en las distintas instancias organizativas.
En el aspecto generacional: se trató de incorporar distintas generaciones a nuestro proceso, con particular énfasis en favorecer la participación de los más jóvenes. Ese mismo aspecto de descentralización generacional se expresa también al desvincular las oportunidades de participación de los miembros de su antigüedad de participación.
En el aspecto de género: se realizaron esfuerzos destinados a compensar dentro del Movimiento la desigualdad de oportunidades y otras formas de discriminación con las que la sociedad afecta a las mujeres en todo el mundo.

Estas y otras son las formas en que el Movimiento Humanista fue descentralizándose, superando así las limitaciones impuestas por sus condiciones de origen y por la dinámica espontánea de su desarrollo.
Una vez completado su proceso formativo, el Movimiento Humanista se descentraliza más aun. Surge la Asamblea de Coordinadores Generales (2001) quienes, en condición de paridad, se dan un Coordinador General Delegado para una función de coordinación que no supone orientación. Esta función tiene una duración de dos años, se cubre por votación secreta triple de los candidatos autopostulados, y el miembro elegido no puede ser reelegido. Silo, fundador del Movimiento Humanista, clausura su proceso como orientador de la organización y desarrollo, y poco después (2002) se retira de dicha Asamblea. A su vez, la composición de la Asamblea no es un número cerrado, sino abierto a la incorporación ilimitada de quienes cumplieran los requisitos para incorporarse a ella, independizándose de las estructuras organizativas (consejos) que les dieron origen. Más aun, los Coordinadores Generales, una vez que su desarrollo organizativo haya llegado a un cierto punto, se desvinculan de dicha tarea de orientación (Coordinadores Generales Clausurados), para asumir funciones de diverso tipo, no ya referidas exclusivamente a las estructuras organizativas que orientaban. O sea, una organización abierta y móvil, concebida en términos de convergencia de la diversidad, términos tales de impedir la centralización permanente de las decisiones y actividades en determinados individuos o conjuntos.
Simultáneamente a estos nuevos desarrollos, surgen los ámbitos autónomos de El Mensaje de Silo y la Escuela, que descentralizan el proceso conjunto hasta ese momento encolumnado en el Movimiento Humanista.
Cuando el proceso individual y conjunto de estos tres ámbitos llega a un cierto punto de desarrollo, se termina de definir la descentralización que conocemos hoy en día y que describimos al comienzo (2009 y 2010).

¿Qué es la descentralización?


En general, la descentralización es una característica formal y funcional de algunas formas organizativas de los conjuntos humanos. Mediante la descentralización se intenta que la toma de decisiones conjuntas no quede supeditada a uno o a pocos individuos, sino que se distribuya lo más posible entre la mayor cantidad de miembros del conjunto así organizado. Además de la toma de decisiones, son también aspectos descentralizables, por ejemplo, la actividad, el acceso a la información y su libre circulación, la evaluación posterior a las decisiones, etc.
En el contexto de nuestro proceso, se expresa como redes de elementos autónomos, que coordinan sus actividades gracias a la multiconexión voluntaria, espontánea o programada, permanente o no, o con mecanismos ad hoc a los que no queda supeditada la autonomía de los elementos coordinados entre sí.
Los recursos prácticos para implementar tal descentralización pueden ser muchos. Las federaciones, las cooperativas, la autogestión, etc. son ejemplos que implementan la descentralización.
Asimismo, en sentido más amplio y como vimos antes, la descentralización también alcanza aspectos culturales, psicológicos, sociales, geográficos, etc.
La descentralización es, en general, un tema muy amplio cuyo tratamiento excede el interés de este breve escrito. Aquí nos interesa básicamente una perspectiva de la descentralización en nuestro proceso.

¿Qué no es la descentralización?


Las organizaciones militares, eclesiásticas y empresariales tradicionales son claros ejemplos de centralización en los que la toma e implementación de decisiones procede verticalmente desde el vértice a la base, con estamentos ordenados jerárquicamente, con escasa o ninguna participación de la base en dicha toma de decisiones, o en su posterior revisión o cuestionamiento. La centralización conlleva un mayor o menor grado de autoritarismo.
Como la descentralización es una característica organizativa, no se la puede confundir con desorganización, desestructuración, desorden o caos. A los ojos de una mentalidad controladora, estamental, verticalista y conservadora, la descentralización puede aparecer como situación anárquica o ineficaz, pero no lo es: se trata simplemente de una forma superior de interrelación en un conjunto humano organizado en base a nuevos paradigmas y necesidades. Desde la óptica neoliberal, un modelo económico cooperativo puede parecer inadecuado, ya que una minoría no puede amasar una fortuna desproporcionada especulando en desmedro de la mayoría. Pero ello no quiere decir que el modelo económico cooperativo no sea un sistema económico viable.
La descentralización, por la autonomía y diversidad que promueve, es antitética con la uniformidad. Para ciertas mentalidades, esta ausencia de uniformidad podría aparecer como debilidad organizativa conjunta. Tal debilidad es tan ilusoria como la del océano frente a la roca. En la autonomía y la diversidad crece una fuerza que la uniformidad y el verticalismo nunca podrían tener.
La descentralización no debe ser confundida con el momento de todo proceso conocido como “diferenciación”. Un conjunto humano puede avanzar en su proceso con los momentos de “diferenciación”, “complementación” y “síntesis”, sin por ello perder su carácter descentralizado.
Por último, la descentralización supone una reestructuración del conjunto, pero dicha reestructuración de ningún modo puede homologarse a la desestructuración del conjunto. Si a la desestructuración le corresponde el fin de un proceso, a la descentralización le corresponde un salto cualitativo de adaptación creciente hacia una nueva etapa superior de nuestro desarrollo.

Algunos antecedentes doctrinarios e ideológicos


Sin hacer una exposición exhaustiva del tema, aquí apuntaremos algunas pocas muestras de la presencia de la descentralización en nuestras referencias bibliográficas a lo largo del tiempo. Para quienes deseen aun más antecedentes, hay un Apéndice de citas bibliográficas (lecturas adicionales ampliatorias) que está disponible a solicitud de los interesados.
Desde antiguo nuestra organización como movimiento y sus propuestas en diversos campos del quehacer humano se inspiraron, entre otros, en el modo en que procede la vida. Es decir, “abarcando con grandes números y diversidad muchas posibilidades, va abriéndose paso continuamente.” De las relaciones que se establecen entre las diversas especies (de dominio, de intercambio y de destrucción)[1] se ha privilegiado en lo organizativo las relaciones de intercambio: o sea, no violentas. En síntesis, la multiplicidad, la diversidad, y el intercambio. La concentración de poder, los monopolios, etc. corresponden a relaciones de dominación: o sea, violentas.
Allí se advierte sobre el autoritarismo que anida en las organizaciones piramidales con estamentos jerárquicos. Por el contrario, se propone la descentralización a favor de los centros laborales, de las regiones, y de las nuevas generaciones. Se dice: "De este modo, cualquier movimiento que se sienta libertario, no burocrático y no autoritario, tenderá desde su formación a coordinar funciones descentralizando, a fomentar la asamblea y la autocrítica en cada organismo y luego de cada acción[2]". Allí la organización se plantea en términos de grupos descentralizados que apuntan a una sociedad libertaria descentralizada y no autoritaria.
Allí se proclama: “Luchamos por una revolución que: … Termine con todo aparato de poder concentrado en manos de una minoría, a favor del poder directo en manos del pueblo. “
“Nadie puede ya creer que modificando solamente las relaciones sociales de producción y poniendo en manos del pueblo los medios que les son propios, se acabe con el poder acumulado en manos de unos pocos.
Únicamente la organización social en reemplazo de la organización estatal dará paso a la sociedad libertaria, no autoritaria y no burocrática (8). “
“Los gremios y sindicatos controlados par la maquinaria vertical de la central obrera tienden en la cúspide a ser manejados por el sistema, así es que no se trata de producir cambios de mano (por lo demás, inestables) en la cúspide, sino que‚ lo importante es la formación de grupos espontáneos en las bases. Grupos espontáneos horizontales, sin conducción y enlazados con otros que trabajan en la misma línea, hasta formar verdaderas redes multiconectadas.”
“El movimiento que brota respondiendo a las necesidades crecientes, no puede independizarse como superestructura burocrática que luego digite la voluntad de las bases, por cuanto éstas provocan el vacío a tal aparato y siguen conectadas entre sí horizontalmente.”
Allí se habla de la “Descentralización horizontal: Sistema de enlace múltiple entre los grupos espontáneos, en oposición al sistema de verticalidad burocrática o de centralización de células estancas merced a escalones superiores. En oposición también al sistema de centralismo democrático.”
Acerca de lo humano (1ro. de mayo de 1983)
Allí campea el espíritu de libertad que rechaza para sí y para otros la concentración de poder que intrínsecamente existe en las organizaciones no descentralizadas. La apropiación ilegítima del todo organizativo por parte de minorías niega la libertad e intencionalidad del resto reduciéndolo a prótesis, a instrumentos de sus propias intenciones. Allí está la esencia de la discriminación, siendo su metodología la violencia. Esta violencia puede instaurarse y perpetuarse gracias al manejo de mecanismos de regulación y control del todo. En consecuencia, la organización requiere un tipo avanzado de coordinación a salvo de toda concentración de poder que frene la movilidad histórica. (Pensamiento y Obra Literaria, Chile, 23 de mayo de 1991)
Allí leemos: “… Por otra parte, [el Partido Humanista] rechaza expresamente: … la concentración personal del poder. … [El Partido Humanista] propicia la creación de cooperativas de producción, de servicio y de consumo y exige del Estado el apoyo necesario para la cooperativización de toda empresa que, por su situación, comprometa el presente y el futuro de los trabajadores.“
“El Partido señala a los monopolios económicos y financieros como factores de dependencia y de desinteligencia entre las fuerzas productivas de cada país.”
“El Humanismo social propicia reformas impositivas y nuevos modelos de autogestión y cogestión que modifiquen la situación de la propiedad e incentiven una distribución progresiva de la riqueza.“
“El Partido efectiviza el principio de opción como expresión política concreta de la libertad: multiplicidad de modelos de cogestión dentro de un sistema cooperativo general; pluralidad sindical dentro de una confederación de trabajadores; cogestión estudiantil ejercida a través de centros únicos de estudiantes con diversidad de listas y de líneas; servicio militar optativo; igualdad de predica para las distintas confesiones religiosas y para el ateísmo. En suma, la lucha contra el autoritarismo y el monopolio económico, organizativo e ideológico, es la actitud básica que pone en marcha el Partido Humanista.”
En el contexto de democracia real, las propuestas de consultas directas, ley de responsabilidad política, elección directa de jueces y comisarios, reconocimiento de derechos de las minorías, etc. contribuyen a descentralizar el poder estatal en favor de la base social.
Cuarta Carta a Mis amigos (19 de diciembre de 1991)
“La violencia puede instaurarse y perpetuarse gracias al manejo del aparato de regulación y control social, esto es: el Estado. En consecuencia, la organización social requiere un tipo avanzado de coordinación a salvo de toda concentración de poder, sea esta privada o estatal.”
“Pero así como el proceso de las estructuras tiende a la mundialización, el proceso de humanización tiende a la apertura del ser humano, a la superación del Estado y del Paraestado; tiende a la descentralización y la desconcentración a favor de una coordinación superior entre particularidades sociales autónomas.”
“Y se habrá de aspirar no ya a una democracia formal manejada como hasta ahora por lo intereses de las facciones sino a una democracia real en la que la participación directa pueda realizarse instantáneamente gracias a la tecnología de comunicación, hoy por hoy en condiciones de hacerlo.”
“Los humanistas luchan para transformar la práctica de la representatividad dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos.”
“Pero también ocurre en el conglomerado de un país que provincias enteras, regiones o autonomías, padecen la misma discriminación de las minorías merced a la compulsión del Estado centralizado, hoy instrumento insensible en manos del gran capital. Y esto deberá cesar cuando se impulse una organización federativa en la que el poder político real vuelva a manos de dichas entidades históricas y culturales.
"En definitiva, poner por delante los temas del capital y el trabajo, los temas de la democracia real, y los objetivos de la descentralización del aparato estatal, es encaminar la lucha política hacia la creación de un nuevo tipo de sociedad. Una sociedad flexible y en constante cambio, acorde con las necesidades dinámicas de los pueblos hoy por hoy asfixiados por la dependencia“.
“Así está trazada la línea divisoria entre el Humanismo y el Anti-humanismo. El Humanismo pone por delante la cuestión del trabajo frente al gran capital; la cuestión de la democracia real frente a la democracia formal; la cuestión de la descentralización, frente a la centralización; la cuestión de la antidiscriminación, frente a la discriminación; la cuestión de la libertad frente a la opresión; la cuestión del sentido de la vida, frente a la resignación, la complicidad y el absurdo.”
“Si las regiones o provincias de un país están atadas a la decisión central, la revolución implica la desestructuración de ese poder de manera que las entidades regionales conformen una república federativa y que el poder de esas regiones sea igualmente descentralizado a favor de la base comunal desde donde habrá de partir toda representatividad electoral.”
Algo similar se expresa en las propuestas de la banca sin intereses, y en la coparticipación de capital y trabajo en las decisiones, gestión y ganancias hoy por hoy concentradas en el capital.
“… un partido superestructural sin base humana se podrá acercar al poder formal (no al poder real), sin por ello introducir la más mínima variación de fondo.
En otras palabras, el trabajo político institucional o partidario es entendido aquí como la expresión de un fenómeno social amplio que posee su propia dinámica.
En efecto, hasta hace unas décadas se pensaba que el partido era la vanguardia de lucha que organizaba diferentes frentes de acción. Aquí se está planteando todo en sentido inverso. Son los frentes de acción los que organizan y desarrollan la base de un movimiento social y es el partido la expresión institucional de ese movimiento.
Pero no se pasará del acuerdo de cúpulas si el partido no cuenta con una base real que oriente ese proceso. Por otra parte, este planteamiento no es reversible en el sentido de que el partido forme parte de un frente que organizan otras superestructuras. Habrá frente político con otras fuerzas si éstas se avienen a las condiciones que establece el partido cuya fuerza real está dada por la organización de base.
Es necesario que diferentes frentes de acción realicen su trabajo en la base administrativa de los países apuntando a la comuna o municipio”.
Y lo mismo cabe para la descentralización de gremios y sindicatos.
Octava Carta a Mis Amigos (10 de agosto de 1993)
“Naturalmente, un sistema unitario tiene características diferentes al de uno federativo o al de distintos países que están confluyendo en una comunidad regional. Nuestro punto de vista, favorable al sistema federativo y abierto a la confederación regional requiere, para el diseño correcto de la reestructuración, compromisos sólidos y permanentes que permitan continuidad en el proyecto.”
Décima Carta a Mis Amigos (15 de diciembre de 1993)
Todavía quedan militantes políticos que se inquietan por saber quién será primer ministro, presidente, senador o diputado. Es posible que aquellos no comprendan hacia qué desestructuración estamos avanzando y qué poco significan las mentadas “jerarquías” en orden a la transformación social. También habrá más de un caso en el que la inquietud está ligada a la situación personal de supuestos militantes preocupados por su ubicación en el ámbito del negocio político. La pregunta, en todo caso, debe referirse a comprender cómo priorizar los conflictos en los lugares en que cada uno desarrolla su vida cotidiana y saber cómo organizar frentes de acción adecuados en base a dichos conflictos. En todo caso debe quedar en claro qué características deben tener las comisiones laborales y estudiantiles de base, los centros de comunicación directa y las redes de consejos vecinales; qué se debe hacer para dar participación a todas las organizaciones mínimas en las que se exprese el trabajo, la cultura, el deporte y la religiosidad popular. Y aquí conviene aclarar que cuando nos referimos al medio inmediato de las personas formado por compañeros de trabajo, parientes y amigos, en particular debemos mencionar a los lugares en que se dan esas relaciones.
Hablando en términos espaciales, la unidad mínima de acción es el vecindario en el que se percibe todo conflicto aunque sus raíces estén muy distantes. Un centro de comunicación directa es un punto vecinal en el que ha de discutirse todo problema económico y social, todo problema de salud, de educación y de calidad de vida. La preocupación política consiste en priorizar ese vecindario antes que el municipio, o el condado, o la provincia, o la autonomía, o el país. En verdad, mucho antes de que se formaran los países existían las personas congregadas como grupos humanos que al radicarse se convirtieron en vecinos. Luego, y a medida que se fueron montando superestructuras administrativas, se les fue arrebatando su autonomía y su poder. De esos habitantes, de esos vecinos, deriva la legitimidad de un orden dado y desde allí debe levantarse la representatividad de una democracia real. El municipio debe estar en manos de las unidades vecinales y, si esto es así, no puede plantearse como objetivo emplazar diputados y representantes de distintos niveles, como ocurre en la política cupular, sino que ese emplazamiento debe ser consecuencia del trabajo de la base social organizada. El concepto de “unidad vecinal” vale tanto para una población extensa como para una población concentrada en barrios o edificaciones de altura. La conexión entre unidades vecinales debe decidir la situación de una comuna dada y esa comuna no puede, inversamente, depender en sus decisiones de una superestructura que dicta órdenes. En el momento en que las unidades vecinales pongan en marcha un plan humanista de acción municipal y ese municipio o comuna organice su democracia real, el “efecto demostración” se hará sentir mucho más allá de los límites de ese bastión. No se trata de plantear un gradualismo que deba ir ganando terreno hasta llegar a todos los rincones de un país, sino de mostrar en la práctica que en un punto está funcionando un nuevo sistema.
“Es claro que el Humanismo para ser eficaz debe contar con un Movimiento organizado, participativo y flexible… “
“Organismos sociales, culturales, políticos y frentes de acción que se consideran humanistas, deberían alinearse en sus planteamientos básicos al tiempo que siguen una estrategia general de lo diverso y de lo convergente.”
“El Humanismo Universalista debe actuar en las distintas culturas respetando las diferencias entre ellas, respetando los usos, costumbres y religiones de cada cual, al tiempo que niega toda discriminación y afirma la libertad del ser humano por encima de sus características culturales.”
“Los humanistas son internacionalistas, aspiran a una nación humana universal. Comprenden globalmente al mundo en que viven y actúan en su medio inmediato. No desean un mundo uniforme sino múltiple: múltiple en las etnias, lenguas y costumbres; múltiple en las localidades, las regiones y las autonomías; múltiple en las ideas y las aspiraciones; múltiple en las creencias, el ateísmo y la religiosidad; múltiple en el trabajo; múltiple en la creatividad.”
“Los humanistas no quieren amos; no quieren dirigentes ni jefes, ni se sienten representantes ni jefes de nadie.”
Aquí se encuentra claramente plasmada la descentralización querida explícitamente para el Movimiento Humanista:
"El Movimiento Humanista es el conjunto de personas que participan de las propuestas del Nuevo Humanismo, también conocido como Humanismo Universalista. Estas propuestas, en el sentido más amplio, se encuentran plasmadas en el Documento del Movimiento Humanista. "
"Esta corriente de pensamiento, que se encuentra expuesta en la obra de Silo y en la de los diversos autores que en ella se inspiraron, implica también un sentimiento y una forma de vivir, se plasma en múltiples campos del quehacer humano, dando origen a diversos organismos y frentes de acción. Todos ellos se aplican en sus campos específicos de actividad con un objetivo en común: humanizar la Tierra. Asimismo tienen en común la metodología de la No-violencia Activa y la propuesta del cambio personal en función de la transformación social. "
"El Movimiento Humanista no es una institución aun cuando dé lugar a numerosas agrupaciones y organizaciones. "
"Si bien estos organismos tienen formas organizativas específicas que les permiten llevar adelante sus actividades, el Movimiento Humanista en sí mismo no tiene ningún tipo de organización y constituye el ámbito de convergencia e intercambio de los miembros de los distintos organismos. "

Ventajas de la descentralización


Así como la centralización favorece la manipulación, la descentralización la dificulta enormemente. La descentralización nos pone a resguardo de los monopolios económicos, organizativos e ideológicos que imponen ciertas superestructuras organizativas al ubicarse por encima de las bases que les dieron origen y subordinarlas.
La autonomía de opinión y de acción dentro del enmarque común se hace plena. Se promueve la diversidad de puntos de vista, de posturas, de tácticas, etc. con lo cual el conjunto se enriquece. Esto hace que disminuya el inmovilismo histórico que frena los procesos cuando una minoría se instala, anquilosa y concentra poder decisional sobre el resto.
El recambio generacional se ve favorecido, y con ello se acelera la dinámica de adaptación creciente. Si así no fuera, el “paisaje” en el que se formó una minoría concentradora de poder condicionaría retardatariamente el desarrollo del conjunto.
La descentralización disminuye los “encolumnamientos” geográficos, culturales, psicológicos, situacionales, etc. que obstaculizan la necesaria mundialización de nuestro proyecto. El “encolumnamiento” expone a nuestro proceso a una rigidez y a una desproporción que son riesgosas en un momento de cambios veloces, ya que el error de lo encolumnado arrastra a todo el conjunto.
La autonomía que da el “desencolumnamiento” permite que aumente el número de experiencias conjuntas y, con ello, la posibilidad de que ellas nos enriquezcan a todos por el intercambio y la multiconexión descentralizada sin censuras ni controles.
La autonomía que implica la descentralización acerca el “centro de gravedad” del proceso a nuestra base humana, favoreciendo localmente la toma de responsabilidad y la actitud reflexiva con respecto a la propia acción.
El arraigo que permite la descentralización permite una mejor inserción en el medio en que se actúa. Por otra parte, al “abanicar” nuestro accionar, podemos avanzar simultáneamente en distintos campos del quehacer humano, sin estar encolumnados en ninguno de ellos en particular.
Vale aquí recordar la paradoja del pulido de la lente del telescopio, en la que la perfección de la obra surge por sumatoria de una diversidad aleatoria de “errores” y no por la repetición mecánica de una única supuesta “perfección”.

Desafíos de la descentralización


La descentralización, como etapa organizativa superadora de formas anteriores, no está exenta de riesgos. De hecho, cualquier nuevo momento de proceso presenta dificultades y nunca hay garantía de éxito externo: así como no la hay en cualquier acción válida. Siempre ha sido así en nuestro proceso, y no hay razón para suponer que no lo sea ahora. Pero siempre hemos ido acometiendo los desafíos del momento y superando las resistencias que se nos han presentado.
Entre los primeros desafíos de toda nueva etapa está el de reconocer y superar las inercias de aspectos propios de la anterior que ya no son adecuados. Incluso lo que quizá fue efectivo y válido en la etapa anterior, puede convertirse en obstáculo para la nueva etapa.
Como señalamos antes, existe el riesgo de confundir ingenuamente descentralización con desorganización, reestructuración con desestructuración, etc. Actuando de consecuencia con tal confusión, se podría ceder a la tentación de retroceder hacia formas organizativas ya superadas. O sea, abandonar el intento de salto a un nivel organizativo superior, pero percibido como incierto y dificultoso, y recaer en antiguos mecanismos que, aunque quizá sean reconfortantes por ser conocidos y manejados con éxito en otros momentos, ya no sirvan a las necesidades de desarrollo y adaptación crecientes de nuestro proceso.
Quizá podría no advertirse la diferencia sustancial que existe entre la deseada convergencia de la diversidad y la centralización que atenta contra ella. En otras palabras, se podría confundir convergencia con uniformidad.
Por otra parte, al confundir descentralización con desorganización, quizá para algunos se abra la puerta para que la autonomía se desvirtúe, dando lugar a un independentismo individualista y centrífugo, un “vale todo” que desconozca los acuerdos conjuntos existentes y el compromiso de coherencia para con el conjunto al que se pertenece.
Así, podrían surgir intentos de apropiación de elementos conjuntos para ser usados de manera arbitraria e individualista, y no convergente ni coherente con otros que comparten los mismos elementos comunes. Son elementos comunes, por ejemplo, nuestro Movimiento y sus organismos, nuestra bibliografía, nuestra doctrina e ideología, nuestra Escuela, nuestros Parques de Estudio y Reflexión, etc. Ningún individuo o minoría puede disponer arbitrariamente para sí y por sí mismos de nuestro patrimonio común. Sólo el individualismo incoherente puede sostener una falsedad lógica que afirme: “Como soy parte del conjunto, lo conjunto es mío y hago de él lo que se me antoja”.
Por otra parte, aunque la descentralización dificulte enormemente la manipulación, ningún conjunto está exento de este riesgo. El indicador más obvio será el intento de constituir dentro del gran conjunto descentralizado recursos y artilugios centralizadores que, de hecho, tiendan a "oficializarse" y así hegemonizar la diversidad, a supeditar las autonomías a ellos, a arrogarse la representatividad de las mayorías, a disciplinar las supuestas disidencias, degradar lo que no controle, etc. Obviamente, estas nunca serán las intenciones declaradas y manifiestas, sino que se argumentarán las mejores intenciones, las supuestas urgencias y necesidades del momento, etc.
Sin embargo, todo intento de hegemonizar este nuevo proceso en marcha está inevitablemente condenado al fracaso, y a que ese intento mismo quede como una muestra más de la diversidad creciente.
Por último, para afrontar los desafíos del nuevo momento, sería necesaria una nueva sensibilidad que, por ejemplo, superando el encierro individualista, tienda a abandonar las conductas dialécticas, a desestimar lo catártico y favorecer lo transferencial, a convivir con la diversidad, a aprender a trabajar en equipo con registros de distensión, a apostar a los procesos por encima de las coyunturas anecdóticas, a asumir compromisos voluntarios para con lo conjunto, y a saber resignar algunos aspectos de la propia individualidad y protagonismo en función de algo mayor que los trasciende.

La descentralización como parte del nuevo salto cualitativo


“… debemos reconocer que el Movimiento Humanista ha nacido y se ha desarrollado en una época de crisis mundial y por ello no siente horror por el cambio y la continua adaptación a los nuevos tiempos. En tal sentido, perfeccionar su flexibilidad organizativa es una dirección connatural a su desarrollo.”[3]
La centralización y los estamentos, como asimismo la uniformación, la inflexibilidad, el verticalismo, y el paternalismo que centraliza y controla todo bajo el pretexto de proteger, son procedimientos y sensibilidades de un mundo viejo que ya fracasó.
Por el contrario, son características afines a la organización descentralizada, por ejemplo, la democracia directa, las redes, lo federativo, lo policéntrico, la multiplicidad, la autonomía de implementación, la flexibilidad táctica, la movilidad de funciones, la multiconexión, la primacía de la base humana, lo mundializado, la voluntariedad, etc. Ya hoy en día la indignación popular en las plazas y en las calles del mundo clama por ello e intenta implementarlo.
Dichas características son las que abundan en nuestras propuestas en el orden social, cultural, político, económico, administrativo, ideológico, espiritual, etc.
Allí donde retroceda la ilegítima apropiación del todo por una parte de él, allí retroceden la violencia y la discriminación.
Todo lo que nos acerque a que nada esté por encima del ser humano y ningún ser humano esté por debajo de otros, nos acerca al futuro de la humanidad.
La descentralización es más afín al nuevo horizonte espiritual que ya se vislumbra.
La descentralización es más consonante con una corriente de liberación social, cultural y psicológica.
La descentralización es un aspecto integral de la convergencia de la diversidad.
La descentralización es a la centralización, como la mundialización es a la globalización.
La descentralización es para el Humanismo Universalista “un nuevo escalón de su progreso histórico”[4]
La descentralización es más homogénea, por último, con nuestra visión de la nación humana universal.
Como se dijo al comienzo en la Introducción, “la descentralización es un aspecto integral de la obra de Silo”. La obra de Silo está caracterizada, entre otros, por la coherencia. Esa coherencia no sólo se encuentra en su pensamiento, plasmado en doctrina e ideología. Esa coherencia también une el pensamiento con la acción, de manera que las formas organizativas para la acción responden a dicha doctrina e ideología. La descentralización es la forma organizativa que responde a nuestra doctrina e ideología. Siempre se ha apuntado a ella, y en ello se ha avanzado mucho desde los orígenes.
Llegados al momento de desarrollo actual, el nuevo salto cualitativo en pos de una mayor descentralización se hace impostergable e insoslayable. En esto ya estamos embarcados como conjunto y no hay vuelta atrás. Queda a cada uno decidir si apoyar este intento decididamente, y cómo hacerlo. Como siempre para nosotros, todo tiempo futuro es mejor.

Fernando A. García
http://fernandoagarcia.blogspot.com // email: fernando120750©gmail.com

Materiales consultados


·         Manual del Poder Joven. (1971)
·         Exordio del Poder Joven (1971)
·         Siloismo. Doctrina, Práctica, Vocabulario. (1972)
·         Carpeta Naranja. Sobre Organización. (Buenos Aires, julio de 1974).
·         Teoría de la Organización (20 de Mayo de 1987, actualizada el 11 de octubre de 1995)
·         Documentos de la Internacional Humanista y Partidos Humanistas: Declaración de Principios, Tesis (ampliación de los Principios), Bases de acción política, Recomendaciones de la mesa coordinadora, aprobados por el Primer Congreso de la Internacional Humanista (Florencia, 7 de enero de 1989).
·         Documento Humanista, adoptado por el Partido Humanista en el Segundo Congreso de la Internacional Humanista (Moscú, 1993)
·         Libro del Partido Humanista (Recopilación de documentos, 2000).
·         Silo. Obras Completas. Volumen I.
o   “Acerca de lo humano” (1ro. de mayo de 1983)
o   Humanizar la Tierra. El Paisaje Humano. El Estado. (1988)
o   Pensamiento y Obra Literaria. (23 de mayo de 1991)
o   Cuarta Carta a Mis Amigos. (19 de diciembre de 1991)
o   Sexta Carta a Mis Amigos. Documento del Movimiento Humanista. (5 de abril de 1993)
o   Visión actual del Humanismo. (16 de abril de 1993)
o   Séptima Carta a Mis Amigos. (7 de agosto de 1993)
o   Octava Carta a Mis Amigos. (10 de agosto de 1993)
o   Décima carta a Mis Amigos. (15 de diciembre de 1993)
·         Silo. Obras Completas. Volumen II
o   Apuntes de Psicología. Psicología 1 (noviembre de 1975).
o   Diccionario del Nuevo Humanismo (1994, ampliado en 1994 y 1999).
·         “Comentarios de Silo”. El Humanismo. (Primera Transmisión), Centro de Estudios Parques de Estudio y Reflexión Punta de Vacas. (abril de 2008)
·         Carta de Silo sobre la Reestructuración del Movimiento Humanista, Centro de Estudios Parques de Estudio y Reflexión Punta de Vacas. (31 de agosto de 2009)
·         Documentos de Reestructuración del Movimiento Humanista y de cada uno de sus cinco organismos: Centro Mundial de Estudios Humanistas, Convergencia de las Culturas, La Comunidad para el Desarrollo Humano, Mundo sin Guerras y sin Violencia, y Partido Humanista. (2009)
·         Vídeos “¿En qué estamos?” (30 de enero de 2010) y “¿A dónde vamos?” (21 de febrero de 2010), Centro de Estudios del Parque de Estudio y Reflexión Punta de Vacas.
·         Vídeo de Silo en reunión del 28 de mayo del 2010 en el Parque de Estudio y Reflexión Los Manantiales (Chile).



[1] Esto aparece expresado en Psicología I, que recopila presentaciones hechas en 1975, 1976 y 1978. Apuntes de Psicología. Silo. Ulrica Ediciones, Rosario, 2006.
[2] "Coordinar los esfuerzos para el triunfo de los ideales comunes no significa renunciar a las iniciativas que los grupos y los individuos aisladamente puedan realizar". Pacto de Unión de la Federación Libertaria.


[3] Comentarios de Silo (Primera Transmisión), Centro de Estudios Punta de Vacas, El Humanismo. (abril de 2008)
[4] Carta de Silo sobre la Reestructuración del Movimiento Humanista (Centro de Estudios Parques de Estudio y Reflexión Punta de Vacas. (31 de agosto de 2009)

4 comentarios:

  1. Muchas gracias Fernando por tus comentarios siempre esclarecedores.
    Con mucho cariño desde Bolivia
    Julio Lumbreras

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  2. Excelente, FErnando. Muy preciso y oportuno. un abrazo. Néstor Tato

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  3. muy bueno y apropiado a este momento que se proyecta a futuro
    abrazos

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  4. Gracias por el aporte, Fernando. Acerca a la comprensión de los procesos. Un abrazo. Paulo Caprara.

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